Mejora la producción natural de GLP-1

A través de los hábitos saludables

Hacer actividad física regular

El ejercicio estimula la liberación de mioquinas y mejora la respuesta de las células L intestinales, potenciando la secreción de GLP-1.

Dormir bien

El descanso adecuado y suficiente (≥7 horas) regula la secreción de hormonas del apetito (GLP-1, leptina y grelina), favoreciendo el control del hambre.

Manejo del estrés

El exceso de cortisol altera la respuesta de las células intestinales y reduce la sensibilidad a las señales de saciedad.

Hidratación y electrolitos

Mantener un adecuado aporte de líquidos es fundamental, pero el agua por sí sola no garantiza una hidratación eficiente. El equilibrio de electrolitos —como sodio, potasio, magnesio y calcio— es esencial para mantener la presión osmótica, la función neuromuscular y el transporte de nutrientes a nivel celular. Una hidratación correcta, que incluya tanto agua como electrolitos, optimiza la absorción y utilización de vitaminas y minerales, favorece el metabolismo energético y contribuye al correcto funcionamiento de las células L intestinales, apoyando la producción natural de GLP-1.

Control en el consumo de alcohol

El alcohol puede interferir con la secreción y acción de GLP-1, afectar la sensibilidad a la insulina y alterar la microbiota intestinal. Mantener un consumo moderado o ocasional ayuda a preservar la eficacia del tratamiento y la producción natural de GLP-1.

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